Nos afecta lo que está ocurriendo y cuando algo nos afecta, nos emocionamos. Una emoción es un estado complejo del organismo que se caracteriza por una excitación o perturbación que predispone a la acción.
En estos días experimentaremos muchas emociones y sobre todo aquellas a las que llamamos “negativas”. Estas emociones son el miedo (la ansiedad), la ira (rabia, impotencia, rechazo…) y la tristeza (soledad, duelo, sufrimiento…).
Existen una serie de pasos que podemos seguir para atender y trabajar nuestros estados emocionales.
- IDENTIFICAR: Supone ser consciente de las emociones. Requiere tiempo y atención. Ahora tenemos una oportunidad para dedicar tiempo a escucharnos, atendiendo cómo nos estamos sintiendo.
- ASUMIR: Implica aceptar que las emociones son reacciones normales ante la valoración que hacemos de los acontecimientos que estamos viviendo.
- GESTIONAR: Supone un trabajo personal para descubrir y comprender qué causa dichas emociones, para intentar controlarlas o modificarlas, intentando afrontar la situación de la forma más adaptativa posible.
En función de la duración, frecuencia e intensidad de nuestras emociones se requerirán un tipo de abordaje más o menos intenso y orientado por profesionales expertos.
Desde Centro de Psicología Andújar os detallamos algunas estrategias que se pueden utilizar para la gestión de las emociones.
- Analizar las causas de las emociones. En la situación que estamos viviendo sería interesante diferenciar qué emociones se derivan del confinamiento o son consecuencia de la crisis que estamos viviendo y cuáles eran previas a dicha situación.
- Reconocer los que nos pasa y poder expresarlo tanto verbalmente como por escrito. Expresar lo que nos preocupa, comunicarlo a seres queridos, compañeros de piso, familia, amigos – compartir emociones y reconocerse en el otro. También plasmarlo en papel (escribir por qué creemos que nos sentimos así, y si es posible, sacar conclusiones).
- Pensar y escribir los aspectos positivos que pueda estar teniendo esta situación en nosotros, por ejemplo: si podemos aprovechar el tiempo para nosotros (para comunicarnos, descansar, valorar lo que es realmente importante…).
- Ante momentos de mayor tensión, podemos aplicar estrategias de respiración y relajación. Una de las técnicas que más utilizamos es la respiración diafragmática o abdominal. Cómo su propio nombre indica, esta técnica implica directamente a nuestro diafragma, el músculo que separa la caja torácica del vientre, y es muy útil para combatir síntomas cómo la ansiedad. Para observar si la estamos realizando correctamente lo mejor es colocar una mano sobre el pecho y la otra sobre el vientre y observar cuál se levanta cuando respiramos. Si es esta última en la que se produce el movimiento estaremos en lo correcto. Consiste en tomar aire profundamente por la nariz, mientras observamos cómo la mano colocada en el vientre se alza. Realizar una pequeña pausa y soltar el aire por la boca lentamente.
“Las emociones negativas intensas absorben toda la atención del individuo, obstaculizando cualquier intento de atender a otra cosa”. Daniel Goleman.
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Tu psicólogo en Andújar
Centro de Psicología Andújar